Herramientas y consejos para casa
Muchas veces nos damos cuenta que nuestros peques pierden la atención en una actividad, les cuesta trabajo realizar sus tareas sin distraerse y es una lucha eterna para terminar la tarea, que puede llegar a frustraciones, peleas o deserción.
Para mejorar este tipo de situaciones es necesario darnos cuenta que tal vez estamos cometiendo algunos errores que fomentan la perdida de atención o simplemente impiden que llegue a existir.
Los siguientes son algunos ejemplos de los errores más comunes que podremos llegar a identificar y modificar para estimular un mejor desarrollo de la atención y concentración. (Lee aquí sobre Niños, atención y concentración)
1. Espacio inadecuado y distractores. El tener que realizar una tarea especifica en un espacio lleno de estímulos tanto visuales, como auditivos, convierte la tarea en un completo desafío, sobre todo para los más pequeños/as. Es necesario adecuar el espacio en donde se va a realizar la tarea para que no existan otro tipo de distractores como los juguetes, la televisión o la radio encendidas, es recomendable tener un espacio definido para realizar tareas escolares, otro para jugar y otro para dormir. Ya que trabajar en espacios distintos la finalidad de la tarea puede llegar a perderse. De la misma forma si hay otros hermanos/as es necesario que intenten tener el mismo horario para realizar tareas escolares como para jugar o dormir y así crear rutinas que apoyen a todos. (sigue leyendo sobre la guía práctica para las primeras tareas)
2. Tareas demasiado complicadas o muy simples. Hay que tener en cuenta las habilidades y madurez de nuestros peques antes de pedirles realizar alguna tarea, si la actividad requiere un tiempo alto de concentración, una coordinación manual muy fina o esta expresada en instrucciones largas y complejas seguramente los niños y niñas más pequeños desertarán de la tarea o simplemente acabarán frustrados. Y por el contrario si la tarea es muy simple para alguien de mayor edad seguramente ni siquiera llamará su atención o la realizará rápidamente y enfocará su atención en otro estímulo. Toma en cuenta sus habilidades de lenguaje tanto expresivo como comprensivo, y de motricidad de acuerdo a su edad, puedes ver aquí la tabla de tiempo de concentración por edad.
3. No tener establecidas rutinas en casa. Si en casa no se tiene una organización familiar de los tiempos y actividades del día o la semana, será mucho más difícil para los chicos/as crear organización mental con sus ideas y pensamientos. Entre más organizados se encuentren los horarios de sus actividades los pequeños tardarán menos en lograr enfocar su atención en la tarea ya prevista, su mente ya esta preparada para lo que viene por lo que divaga menos con otros estímulos anteriores o próximos, ya que sabe a que hora ocurrirá cada cosa. Es importante recalcar en este punto que todas las actividades que se comiencen, desde un juego hasta una tarea escolar deben de tener un cierre en donde se guarde o se limpie lo que se utilizó para poder hacer la siguiente actividad, esto es parte de mantener un orden y no dejar varias actividades a medias que ocupen nuestros pensamientos. (sigue leyendo aquí sobre como establecer rutinas en casa)
4. Tiempos inadecuados o poco descanso para tareas complejas. El tratar de iniciar una tarea complicada en un horario en el que ya no hay mucha energía, como antes de dormir o en las últimas horas de la tarde, hará mucho más complejo el mantener la concentración. Se deben siempre de adecuar las tareas a los tiempos adecuados; el estar bien descansado/a y a primeras horas del día serán los mejores momentos para realizar actividades que impliquen mayor carga mental y dejando así las tareas más monótonas y automáticas para cuando empezamos a sentirnos cansados. Igualmente si son tareas pequeñas pero gran cantidad de ellas, lo mejor es intercalar algunas que permitan relajar la mente, por ejemplo: realizar una tarea de matemáticas y en seguida una tarea de colorear libremente, para después iniciar con alguna tarea de lectura.
5. Forzar a iniciar o mantenerse en tareas que ya no se quieren realizar. Usualmente buscamos que los niños se sienten y hagan su tarea ellos mismos/as, pero si tenemos niños/as muy activos pocas veces sucede. Forzarlos a terminar una tarea de la que no se tiene mucho interés se convertirá en un martirio para ambos. Al iniciar una tarea debemos comenzar con enganchar su atención utilizando algo que se agradable para ellos/as como canciones, cuentos o historias, al tener su atención podemos iniciar más fácilmente la tarea especifica, igualmente al terminar una tarea muy pesada o que llevó bastante tiempo hacerla, es bueno dejarlos calmar su mente y bajar el estrés que les causó ese control de sus pensamientos, puedes expresarle reforzadores positivos, y realizar algún ejercicio de mindfulness o relajación, respiren juntos, estírense o realicen alguna actividad sensorial, y así podrá ir identificando poco a poco, el o la pequeña cuando relajar la mente y cuando controlar los pensamientos. (Lee aquí sobre actividades para activar los sentidos) De la misma manera intentar a la fuerza mantenerlos en la misma tarea a pesar de llevar ya un buen tiempo sin poder completarla, creará frustración y rechazo a la realización de esa tarea en otras ocaciones, por lo que partir la tarea y hacerla en otro momento podría funcionar mejor.
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